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Consulte con su ginecólogo lo antes posible si experimenta los siguientes síntomas

Consulte con su ginecólogo lo antes posible si experimenta los siguientes síntomas

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Anonim

Los expertos sugieren que las mujeres sexualmente activas o mayores de 21 años deben acudir a un ginecólogo con regularidad. Al menos una vez al año chequeo rutina para mantener la salud del útero y la vagina. Entonces, ¿cuándo es el momento adecuado para ver a un ginecólogo? ¿Qué quejas pueden ser una señal para visitar inmediatamente a un ginecólogo? Consulte las siguientes reseñas.

¿Cuándo acudir a un ginecólogo?

Consultar con un ginecólogo no se trata solo de embarazo y parto. Los obstetras también tratan diversas afecciones de salud relacionadas con el sistema reproductivo femenino. Los problemas de fertilidad, los ciclos menstruales, los trastornos hormonales, las infecciones de transmisión sexual también se pueden consultar con un ginecólogo.

En otras palabras, no solo las mujeres embarazadas necesitan ver a un ginecólogo. Se necesita la consulta con un ginecólogo para cualquier persona que tenga problemas relacionados con sus órganos reproductivos.

Acudir al ginecólogo lo antes posible cuando note un problema puede evitar que la afección se agrave y se trate demasiado tarde.

Existen varias afecciones o quejas que son signos de que debe consultar a un ginecólogo de inmediato. Algunos de ellos incluyen:

1. Dolor en la pelvis y el abdomen

Es muy recomendable para aquellos de ustedes que experimentan dolor en las caderas y en la parte inferior del abdomen consultar inmediatamente a un ginecólogo.

El médico diagnosticará problemas en el área alrededor de los genitales y el útero para averiguar las causas y los efectos que surgirán.

El problema es que el dolor en la pelvis y el abdomen puede ser un signo de infección en esa área.

Algunas de las afecciones que pueden presentarse con síntomas de dolor pélvico y abdominal son los quistes ováricos. De hecho, un embarazo ectópico puede tener síntomas similares.

Según una encuesta realizada por el Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos (ACOG), las mujeres que experimentan dolor pélvico y abdominal generalmente tienen fibromas uterinos o endometriosis.

2. Sangrado fuera de la menstruación o después de la menopausia

Manchar sangre de su vagina no significa necesariamente que tenga su período. Por eso, este motivo también puede motivarte a acudir a un ginecólogo, sobre todo si lo has estado experimentando durante mucho tiempo.

El sangrado anormal puede ser similar a la menstruación. La diferencia es que este sangrado se acompaña de dolor y varios síntomas de una condición corporal no saludable, como náuseas, dolor intenso y palidez en la cara.

Los Institutos Nacionales de Salud afirman que si hay síntomas como los mencionados anteriormente, podría ser que algo anda mal con su vagina.

Por lo general, esto es un signo de una lesión vaginal, un aborto espontáneo o incluso un cáncer de cuello uterino. Lo mismo ocurre con las mujeres que experimentan sangrado después de la menopausia. Podría ser, este es un signo de cáncer en el útero que requiere que acuda a un obstetra.

Aun así, no significa que cuando experimentes los síntomas que ha mencionado Ana, definitivamente tengas cáncer de cuello uterino. Aún se necesitan más exámenes clínicos para confirmar la causa.

3. Problemas durante la menstruación

Es importante que las mujeres conozcan las características de la menstruación normal y anormal. A veces, algunas quejas surgen debido a la menstruación que ocurre más de una vez al mes o es irregular.

Esto indica un problema con el útero y los genitales. Especialmente si este problema menstrual va acompañado de un cuerpo que se siente débil o mareado durante la menstruación.

El doctor Weiss del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos declaró que si hay síntomas menstruales anormales, no hay razón para que las mujeres no consulten a un ginecólogo.

Los periodos menstruales poco frecuentes o irregulares pueden ser un síntoma de una afección de salud como el síndrome de ovario poliquístico (SOP), problemas de desequilibrio hormonal o incluso una señal de que está embarazada.

4. Flujo vaginal de color y maloliente, o dolor en los genitales

Básicamente, la secreción vaginal es la forma en que la vagina se limpia a sí misma. La cantidad y el color de este flujo vaginal determina si el flujo vaginal es normal o no.

Si experimenta flujo vaginal durante mucho tiempo y el color no es blanco, especialmente si huele fuerte, debe acudir a un ginecólogo o un especialista en genitales.

Según el ACOG, si los síntomas de flujo vaginal se acompañan de picazón y dolor en los genitales, estos son signos de vaginitis que requieren que consultes a un ginecólogo lo antes posible.

Hay dos causas principales, la primera es una candidiasis y una infección bacteriana en los genitales. El segundo es el herpes que causa llagas en el interior de los genitales.

5. Dolor durante las relaciones sexuales

No permita que sus relaciones sexuales habituales se conviertan en un dolor como resultado del dolor que siente. El dolor durante las relaciones sexuales se puede describir como dolor pélvico profundo o dolor en el área genital.

Las causas comunes son sequedad vaginal (no estimulada adecuadamente), infección vaginal o fibromas uterinos vaginales.

Si ha comenzado a experimentar estas quejas, no demore el tiempo para ver a su obstetra.

Consulte con el ginecólogo regularmente desde la adolescencia.

No es necesario esperar ciertos problemas de salud para consultar con su ginecólogo. Es una buena idea comenzar a programar visitas de control regulares con su obstetra a partir de la adolescencia.

Según el Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos (ACOG), lo mejor para los adolescentes es programar un chequeo con un ginecólogo a la edad de 13 a 15 años. Programe este examen al menos una vez al año.

Posteriormente, es posible que se someta a varias series de pruebas. Algunas de las pruebas a las que puede someterse son exámenes físicos como pelvis, mamas, peso corporal, hasta posiblemente análisis de sangre u orina.

Hacerse chequeos regulares desde el principio puede ayudar a encontrar irregularidades lo antes posible. De esa forma, la enfermedad se puede prevenir antes de que empeore.


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