Tabla de contenido:
- ¿Qué es la fructosa?
- ¿Por qué el azúcar fructosa es peligroso para la salud?
- El exceso de azúcar fructosa es perjudicial para la salud
La fructosa es un tipo de azúcar que es el componente principal del azúcar añadido. Algunos investigadores de la salud creen que el azúcar fructosa es perjudicial para la salud. ¿Es verdad? En realidad, ¿qué es la fructosa? Mira la explicación aquí.
¿Qué es la fructosa?
La fructosa es un tipo de carbohidrato simple (azúcar) que se encuentra en el azúcar de mesa. Además de la fructosa, el azúcar de mesa que usa a diario contiene glucosa, que es una fuente de energía en el cuerpo.
Además de encontrarse en el azúcar de mesa que usamos todos los días, la fructosa también se encuentra en las frutas. Sí, el azúcar de fructosa es un azúcar natural de la fruta que no es demasiado, por lo que es seguro para la salud.
La fructosa también se puede encontrar en varios edulcorantes como el jarabe de maíz con alto contenido de fructosa y el jarabe de agave. Si un producto enumera el azúcar agregada como uno de sus ingredientes principales, generalmente contiene alta fructosa.
Algunas personas no absorben toda la fructosa que consumen. Esta condición se conoce como malabsorción de fructosa, que se caracteriza por un exceso de gases e indigestión.
A diferencia de la glucosa, la fructosa provoca niveles bajos de azúcar en sangre. Por lo tanto, algunos expertos en salud recomiendan la fructosa como edulcorante del que se puede decir que es seguro para los pacientes con diabetes tipo 2.
Sin embargo, a muchas personas les preocupa que la ingesta excesiva de fructosa pueda aumentar el riesgo de varios trastornos metabólicos. ¿Es verdad?
¿Por qué el azúcar fructosa es peligroso para la salud?
La glucosa y la fructosa son digeridas y absorbidas por el cuerpo de formas muy diferentes. Si bien todas las células del cuerpo pueden usar glucosa, este no es el caso de la fructosa.
Cuando consume azúcar de mesa u otros alimentos dulces, su cuerpo digiere fácilmente la glucosa que contiene para usarla como energía. Mientras tanto, la fructosa, que también está presente en los alimentos dulces, solo puede ser degradada y digerida por el hígado. El resultado final del proceso de digestión son los triglicéridos, el ácido úrico y varios radicales libres.
Si se consume demasiada fructosa, los triglicéridos se acumularán en el hígado y eventualmente dañarán la función de estos órganos. Además, los triglicéridos también pueden desencadenar placa en los vasos sanguíneos, lo que puede causar enfermedades cardíacas.
Los radicales libres producidos por la descomposición de la fructosa también pueden dañar las estructuras celulares, las enzimas e incluso los genes. El ácido úrico puede matar la producción de óxido nítrico, una sustancia que ayuda a proteger las paredes de las arterias del daño. Otro efecto de la ingesta alta de fructosa es la resistencia a la insulina, un precursor de la diabetes.
Sin embargo, todavía se necesita más investigación en humanos. Los investigadores todavía están debatiendo hasta qué punto la fructosa puede afectar algunos de estos problemas de salud.
El exceso de azúcar fructosa es perjudicial para la salud
El consumo excesivo de fructosa ciertamente no es saludable para la salud, aunque sus efectos aún se están debatiendo.
Algunos de los posibles efectos de consumir un exceso de fructosa incluyen:
- Descompone la composición de lípidos de su sangre. La fructosa puede aumentar los niveles de colesterol malo (LDL), provocando la acumulación de grasa alrededor de los órganos y potencialmente enfermedades del corazón.
- Aumenta los niveles de ácido úrico en la sangre, lo que provoca gota y presión arterial alta.
- Provoca depósitos de grasa en el hígado, lo que puede conducir a una enfermedad del hígado graso no alcohólico.
- Provoca resistencia a la insulina, que puede provocar obesidad y diabetes tipo 2.
- La fructosa no suprime el apetito como lo hace la glucosa. De modo que tal vez pueda aumentar el apetito excesivo.
- El consumo excesivo de fructosa puede provocar resistencia a la leptina, interferir con la regulación de la grasa corporal y aumentar el riesgo de obesidad.
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