Tabla de contenido:
- ¿Cómo funcionan las compresas calientes?
- ¿Cuándo y cómo hacer compresas calientes?
- ¿Cómo funciona una compresa fría?
- ¿Cuándo y cómo hacer compresas frías?
- Conclusión
El dolor es una condición que resulta muy desagradable para la mayoría de las personas. Además de los medicamentos, las personas que experimentan dolor ciertamente harán varios esfuerzos para reducir la intensidad de su dolor. Las compresas frías y calientes son dos tipos de métodos que son fáciles y se utilizan con mayor frecuencia para aliviar estas molestias. Sin embargo, ¿sabe cuándo es el momento adecuado para usar una compresa tibia y cuándo es el momento adecuado para usar una compresa fría? ¿Cuáles son los beneficios de cada uno de estos métodos de compresión? ¿En qué circunstancias no conviene utilizar compresas calientes?
¿Cómo funcionan las compresas calientes?
Las temperaturas cálidas pueden dilatar los vasos sanguíneos para que el flujo sanguíneo y el suministro de oxígeno puedan llegar más fácilmente al área afectada. Esto ayudará a relajar los músculos y reducirá el dolor. La temperatura cálida también reducirá la rigidez y aumentará el rango de movimiento de la parte dolorosa del cuerpo.
¿Cuándo y cómo hacer compresas calientes?
Las compresas tibias se pueden administrar a través de una toalla empapada en agua tibia, una botella llena de agua tibia o una almohadilla térmica especialmente diseñada para comprimir. La temperatura utilizada para la compresión debe tenerse en cuenta para que no sea demasiado caliente. La temperatura recomendada para las compresas tibias es de alrededor de 40-50 grados C. Acostúmbrese a no comprimir durante más de 20 minutos, a menos que su médico se lo indique. Además, asegúrese de no poner la fuente de calor directamente sobre su piel, ya que esto puede causar quemaduras o irritación.
Las compresas tibias se usan comúnmente para aliviar el dolor crónico de músculos o articulaciones. Además, las compresas tibias también son un gran método para reducir la fiebre. Los vasos sanguíneos dilatados debido a las temperaturas cálidas pueden ayudar a que sea más fácil expulsar el calor del cuerpo. Aunque se usa para reducir el dolor, debe tenerse en cuenta que no se recomienda el uso de compresas tibias en heridas nuevas o durante menos de 48 horas porque empeorarán la condición de la herida debido a la acumulación de líquido en el sitio lesionado y aumentarán el dolor. Las compresas tibias tampoco deben usarse en heridas abiertas y heridas que aún se ven hinchadas.
¿Cómo funciona una compresa fría?
Las compresas frías se usan generalmente en áreas hinchadas o magulladas. A diferencia de las compresas calientes, en las frías, las bajas temperaturas pueden estimular el estrechamiento del diámetro de la arteria y ralentizar el flujo sanguíneo al lugar de la lesión. En el área lesionada, hay un proceso inflamatorio y daño a los vasos sanguíneos que hará que las células sanguíneas abandonen los vasos sanguíneos y provoquen que la piel se vuelva de un rojo azulado. El hielo o el agua fría pueden reducir la cantidad de sangre que se pierde. Esta reducción en el flujo sanguíneo da como resultado que menos estimulantes inflamatorios se muevan hacia el sitio de la lesión, lo que puede reducir la hinchazón y el dolor.
¿Cuándo y cómo hacer compresas frías?
Las compresas frías se usan comúnmente dentro de las 24 a 48 horas posteriores a la lesión para minimizar la inflamación. Este método se utiliza mejor para lesiones deportivas como esguinces, golpes o hematomas. Envuelva la compresa primero con una toalla para que la temperatura fría no toque la piel directamente. Al igual que con las compresas tibias, no debe aplicar la compresa fría durante más de 20 minutos. Retire la compresa después de 20 minutos y déjela en reposo durante 10 minutos antes de comenzar a comprimir nuevamente.
Conclusión
Las compresas frías y las compresas calientes tienen sus respectivos beneficios. Las compresas frías son más adecuadas para lesiones nuevas (entre 24-48 horas), mientras que las compresas calientes son muy útiles para aliviar el dolor prolongado (crónico). Aunque los beneficios difieren, en principio, la forma de aplicar estos dos métodos es casi la misma.
Es importante que evites temperaturas demasiado extremas (demasiado altas o demasiado bajas), también evita el contacto directo entre la piel y fuentes de calor o frío. Por último, por supuesto, sea prudente al elegir el método de compresión adecuado para su afección.